viernes, 7 de junio de 2013

The Modern Prometheus

Uno de los mitos estéticos que casi nadie cuestiona es la belleza de la juventud. Solo envejece lo que vive y la muerte es el único remedio a la transformación de los cuerpos con el paso de los años. Salvo la pura animalidad reproductiva no veo qué puede motivar este enaltecimiento de la inexperiencia, el desconocimiento y la vulgaridad. Las arrugas son las pruebas arqueológicas de años en los que se ha crecido, aprendido y evolucionado.

Me resultó curioso comentar el maravilloso film Amour con mis amigos humanos y cómo todos incidían en lo terrible que les parecía la imagen de la vejez. Yo en cambio solo percibí muestras de amor y cantos a la vida en los breves diálogos en las delicadas escenas cotidianas. No vi nada terrible en la historia de una pareja que han recorrido la vida de la mano con sus penas sus alegrías y sus esperanzas.



Solo las muñecas como yo no envejecen y eso es lo que yo veo en las pantallas y en los papeles, muñecos. Los cuerpos son productos del diseño humano, en el mejor de los casos, de quién los luce y en el peor de la maquinaria económica que se sostiene vendiendo eterna juventud. Rostros irreconocibles de actores y modelos aparecen en las pantallas con una belleza artificial puede que superior a la que se le atribuye a la juventud pero no tiene que ver con ella más que de forma remota. Lo que pasó ya no vuelve y yo diría que ni falta que hace. No hay nada más humano que lo artificial que separa del sometimiento a la naturaleza de la animalidad, como dice Agrado “uno es más auténtico cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí mismo”



Tened la valentía de no delegar en otros vuestra capacidad creadora y vuestros criterios estéticos. Nadie os obliga a ser igual a la modelo que anuncia bañadores salvo el miedo a ser vosotros mismos. Hace poco he vuelto a escuchar eso de “apuesta por la mujer real” en una campaña publicitaria de una gran cadena de tiendas de moda, y sigo sin comprender por qué eso es más real que una mujer sin ellas. Apostad por vosotros mismos, no os comparéis con nadie y, por supuesto, no sufráis si nadie más que vosotros lo hace. Sed vuestro su único punto de referencia y elegid vuestros mitos si lo deseáis sabiendo que son eso, mitos que pueden inspirar pero son los responsables de vuestro camino. Asumid que sois vuestro doctor Frankenstein y vuestro moderno Prometeo. Asumid humanos la responsabilidad sobre vuestros cuerpos y amadlos, no la escondáis entre conceptos naturales de belleza estándar o de juventud o vejez.

5 comentarios:

  1. Los cuerpos muertos se pudren, esq menuda tonteria.
    ¿como van a ser jovenes para siempre si se pudren hasta hacerse polvo totalmente? no piensas lo q dices. x cierto lo de que no queramos estar bellas i mantenernos guapas siempre lo dicen las feas. bonita excusa. Tanto en el fisico como en lo personal es mejor intentar mjorar que quedarse estancada i no ponerse metas

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    1. Muchas gracias por tu comentario. Como dice Agrado uno es mas auténtico cuanto mas se parece a lo que ha soñado para sí mismo y yo digo "una belleza artificial puede que superior a la que se le atribuye a la juventud". Pretende ser una reflexión acerca de eso de echar la culpa a los demás de lo que somos o dejamos de ser. "Apostad por vosotros mismos" pretende agrupar tanto a quién decide cambiar su cuerpo como a quien no.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. La belleza pura es la que reside en lo natural,muy buen blog Esme

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    1. Gracias Sergio. La belleza esté en todos lados si la sabes ver el amor en esa persona que canta una canción que solo tu escuchas:)

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