sábado, 24 de mayo de 2014

Hormigas


Pues si…a pesar de no ser del todo mundana tengo derecho a votar, por residente y tal, y estoy muy ilusionada con eso de que alguien lea un papelito que eche en una urna. Nadie sabrá que soy yo pero se me oirá. Nunca lo había hecho, las muñecas nacemos hechas y con destino y yo conseguí escapar.

Algunos se empeñan en decirme que no puedo cambiar nada, y otros a repetirlo, pero me he informado y si, los políticos no están en el poder por mano divina como los antiguos dirigentes sino porque un montón de papelitos, todos juntos, han dicho que ellos son los que deben estar ahí. Nos mantienen en la idea falaz dela insignificancia de un voto pero si en vez de votarles a ellos votan a otros salen otros, no hay más, no hay fuerzas superiores que influyan sino millones de hormiguitas que toman cada una de ellas una u otra dirección.



Hay un viejo truco de los que siempre mandan y es hacernos creer que todo está hecho, que tu voto no vale nada excepto que sea para ellos, que hay algo así como votos perdidos, si…como esos calcetines que se traga la lavadora, pero no, cuentan todos los votos y si nadie les mira, son como el monstruo de debajo de la cama, dejan de existir y ya no dan miedo.

Quizá se empeñan en hacerles creer ese espejismo para que no creamos en nuestro propio poder, lo que de alguna forma para muchos es muy cómodo, desentenderse y pensar que la política es algo así como un fenómeno meteorológico inevitable y que solo queda ponernos un paraguas.

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