jueves, 20 de febrero de 2014

La moda de España Já!


Ha terminado la MBFWM y no me he dado ni cuenta, no sé en qué estaría pensando para no prestar atención a ese escaparate internacional de la moda española, la Mercedes Benz Fashion Week Madrid, la pasarela Cibeles a la que de un tiempo a acá, no sé por qué, le vienen poniendo nombres anglos habiendo preciosas palabras castellanas y mucho menos entiendo por qué no es una marca patria la que patrocina el evento. Vale, ahora sé en qué estaba pensando para no estar al tanto a las propuestas fashionistas españolas para otoño-invierno 2014-2015. Pensaba en esos pequeños detalles en los que los responsables de la Marca España no caen o no quieren caer.

Vaya usted a saber si es por pura ignorancia o adrede por lo que no tienen en cuenta la incoherencia de presentarse ante el mundo como siervos de una marca de vehículos alemana y del idioma anglo. Oh si perdón la internacionalidad, que es más cool sí... y España seguirá sin serlo si ni los mismos españoles consideran la lengua castellana ni sus empresas merecedoras de formar parte de un evento con afán de mostrar al mundo su creatividad.

El caso es que saber sabía que se estaba celebrando pero estos pensamientos me hicieron perder la atención de lo que se supone que era el meollo de la cuestión, si la moda de España cuenta con auténticos referentes entre sus diseñadores como lo fue Balenciaga o Pertegaz. Ni caso hice hasta que de refilón vi lo que me pareció la melena de Myrtle Snow algo más rosácea, por el sol, pensé yo. Qué decepción ver que era una de las diseñadoras más populares en las secciones de material escolar y cosmética gran consumo de las grandes superficies. No por nada, sino porque soy muy fan de esa bruja fashionista y de Agatha Ruíz de la Prada no tanto aunque algo sí.



Soy fan de cómo se puede mantener un mito de gran diseñadora usando y abusando siempre de los mismos colores, motivos infantiles inspirados en el circo y de esos vestidos globo, cono, cuadrado o cualquier figura geométrica que quieran y que apenas nadie se pone ni en la calle ni en las grandes alfombras rojas porque hacen que las mujeres parezcan tentetiesos.



Muy admiradora de cómo presentó su colección que, como digo, se centraba en realzar sus iconos de marca requeteplasmados en cortes anodinos o en las formas inhumanas de sus trajes, rodeados de merchandising de su firma colocados en plan mercadillo. Bolsas llenas de artículos de consumo masivo adornaban la pasarela recorrida por Myrtles Snows estampadas hasta el hartazgo con los mismos corazones, nubes y margaritas de siempre. (Puenden verlo pinchando aquí)



Solo por mantenerte en el candelero de los grandes diseñadores autorreferenciandote hasta la saciedad desde los tiempos de “La moda de España Já” sin haber cambiado ni un poquito mientras reinas en los grandes almacenes con tu marca, por ese equilibrismo entre el esnobismo y el pueblo llano, mereces un lugar en el olimpo de la mercadotecnia.

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